PRIMERA VEZ

Qué maravilla es una primera vez. Nervios y sudor frío. Un nudo en el estómago. La voz dos octavas por encima, o por debajo, pero nunca la propia. Las mejores galas. Sonrisa de payaso psicópata. Antes de mirar doscientas veces el móvil sin verlo se miraba el reloj. Tensión en la espalda y a la vez una emoción que hace dar saltitos por dentro.

La primera vez de cualquier cosa puede ser para olvidar o querer olvidar porque cuanto más lamentable sea, menos se olvida. Tendríamos que tener un reseteo sobre algunos recuerdos. Antes nadie decía reseteo. Antes simplemente queríamos que nos tragara la tierra y con eso ya olvidábamos y abandonábamos el recuerdo y la respiración…si alguien alguna vez hubiese sido devorado por su suelo.

También se puede salir por la puerta grande. Dos orejas y vuelta al ruedo. Aclamación popular. Aplausos y ovación. Dar la talla en una primera vez requiere, a mi entender, un poco de seguridad en sí mismo, poca vergüenza, atrevimiento y suerte. La suerte dicen que no existe, sobre todo lo dicen a los que siempre les va muy bien o a los que les va tan mal que reniegan de ella. Salir más allá de airoso es una rara avis social.

Ahora más de uno anda escarbando en sus recuerdos, hasta sin ganas a veces el pasado viene a saludarnos. Con el tiempo solemos ser más indulgentes con nosotros mismos, personalmente soy mi peor enemigo y la juez más implacable pero, sin embargo, conforme me voy encontrando más agusto conmigo misma, me vuelvo una blandita con mi pasado. A ver, podría ser peor. Bueno, a veces no, pero la mayoría de las veces todavía tenía margen de de desastre. Ojalá existiera un coeficiente de vergüenza ajena para poder medir cuantitativamente el nivel de nuestras meteduras de pata.

Por si acaso, será cuestión de edad, creo que hay que ser menos duros juzgando a los que se enfrentan a la primera vez, habría que ser más generoso en el tiempo que se les da, enseñar más y protestar menos. Tendríamos que ser un poquito mejores personas, joder, todos hemos sentido ganas de vomitar ante algo que nos venía grande (controlen su imaginación, esa mente sucia…)

Así que desde aquí, la pequeña sillita que es mi blog, como la de Mafalda, reivindico a quien siempre se lleva la mala reputación, la responsabilidad de los fallos, los trabajos más ingratos, el servicio de café, las miradas por encima del hombro de tantos gilipollas. Desde aquí mi reconocimiento y mi apoyo a los de la primera vez, a todos esos que están en prácticas o son becarios. Adelante, chavales, todos esos que están ahí también tuvieron una primera vez…y la mayoría la cagaron.

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