Sé que estoy un poco perdida. Sé que no es justo que abandone mi escalera como si sus peldaños no fueran parte de mi vida y toda mi historia. Es cierto, está mal lo que estoy haciendo. La cuestión es que me estoy encontrando. Mientras todos los demás me suponen en un lugar gris y sombrío, yo estoy volviendo a ser la de antes. No la niña que fui, que esa siempre vive en mí, no la adolescente rebelde, tampoco la mujer de hace tres meses…estoy encontrando a mi yo más auténtico, moldeado por los años, con algunas cicatrices y más canas…pero una Rocío con menos penas y con más ganas de vivir. Me he encontrado en mensajes lejanos, en los ojos de mis hijas, en páginas pasadas, en abrazos espontáneos, en cafés de medias historias porque sobran los detalles, en olvidos a propósito, en manos tendidas, en mi espejo, en el silencio de mi madre, en cervezas cómplices, en mi propia sonrisa que la había perdido…
Prometo mañana una entrada celebrando la Feria de Abril de Sevilla y desde ya me comprometo a no ausentarme tanto tiempo seguido.
Gracias por la paciencia.
Ole tú, yo me alegro mucho de ese encuentro contigo…:)