No sé si es el sabor metálico a sangre o a indiferencia la que se me aferra al paladar.
No sé si sólo sé que el silencio es el eco que más me aterra.
No sé si los marcados peldaños me arañan la piel que bordea al sentimiento.
No sé si la subida alegre se convierte en accidental bajada, rodando hacia la muerte emotiva.
No sé si por una vez una escalera que siempre me llenaba de suspiros felices, se convierte en alientos amargos.
No sé si bajar la subida.
No sé si paralizarme al comienzo.
No sé si llegar al final para huir sin amagos por el negro.
No sé… es lo cierto. No sé.
Y si en realidad sólo es una manera difícil de llegar a ser feliz?