Dani Patri_edited

Todavía resuenan las risas que dejamos atrás, no hace tanto y parecen siglos. Si el tiempo se midiera en suspiros, lágrimas y buenos ratos, han pasado tres o cuatro eternidades desde que tú y yo corríamos jugando por aquí.

Ahora camino rozando con la punta de los dedos las paredes, como si en su frescura de piedra me trajeran la caricia de tu piel. Recuerdo como si fuera ayer como cambió el jugar «al esconder» a los primeros besos. Mi mejor amigo, mi compañero de juegos infantiles, mi primer amor. Nadie comprendió este paso, pero era una transición inevitable.

Y llegaron los días en los que el azahar fue lo que prendías en mi pelo, moñas que tú hacías para mí y con las que yo roneaba. El olor de tus manos se traspasaba a las mías cuando, juntos y enlazados, paseábamos más allá de nuestra frontera del callejón. Tardes de calor buscando la sombra para que fuera la única testigo de nuestros planes y proyectos. Cuánto imaginamos…

Pero la vida se empeñó en separarnos de la manera más cruel. Mientras resuenan voces alegres mis ojos se llenan de lágrimas y  tengo miedo de avanzar. Mis pasos se han anclado al suelo. Sé que al volver la esquina, al llegar a la brillante luz , cegadora en el reflejo blanco, no estarás tú. Llevas tanto tiempo sin estar pero acompañándome… desde que te fuiste.

Vuelvo a esta calle cada vez que llego a la ciudad y jamás llegué al final. Hoy tampoco.

 

EL FINAL DE LA CALLE. @danirodmu

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