UNA FOTO

Se me ha acabado el café y sigo teniendo frío por dentro. No consigo sentir la calidez que me hace falta para comenzar el día. Divago en pensamientos superfluos. Me pierdo volando por infinitos irreales. No me concentro. El reloj me increpa, disimulo ante su insistencia. No me apetece pensar, salvo que sea en ti. Acojo la idea con entusiasmo, eres mi pensamiento ideal, mi pasatiempo favorito. Te busco en recuerdos, imagino futuros deliciosos.

Tengo delante de mi una foto tuya, de ti. La imagen de un instante en el tiempo. Estás ahí como estuviste entonces y sin embargo me parece que sigues igual, casi congelado esperando que yo llegue para volver a tomar el pulso del momento. O que vengas tú. Me gusta verte. No sé siquiera si la foto era para mí creo que sí, también pudiera ser una al azar entre todas las que tuvieras, pero me la apropio, como si fuera una canción dedicada al otro lado de la radio. No sé si tenemos canción.

Ahí estás, inmóvil, con una mirada directa y sin esconderte, no le temes a la cámara, no tienes inseguridad ante su objetivo, estás de frente, física y emocionalmente, sin tapujos. Tus pupilas sonríen levemente, tu boca no lo hace del todo, es una sonrisa canalla. Yo sé como sonríes y tu risa suena franca, pero ahí hablas sin despegar los labios. Te oigo sin sonido. Disfruto de lo que dices en silencio.

La miro y me siento una victoriana señorita de amores epistolares y suspiros desde el corsé. Las manos en el regazo, como corresponde a una mujer de bien, entre cojines de rasos suaves, con la espalda erguida y las alfombras acogedoras entre la media luz de las lámparas por encender. Me tienta sentarme y perfumar una hoja de papel para rasgar en él apasionadas palabras de amor entre líneas, mientras escribo convencionalismos al uso para que la hipócrita sociedad no me tache de promiscua. Quizás no sea amor.

Supongo que una vez sentada, con la pluma en la mano, mojada en el tintero, no sabría que decirte y sin embargo sí que sabría lo que estoy sintiendo, me faltarían palabras. Quizás pudiera intentar explicarte como es para mí mirar tu imagen quieta, lo que me evocas, pero temería ser demasiado dulzona, y sobretodo, me daría miedo no poder hacerte llegar todo lo que me haces sentir, sólo con verte así, inerte. Me alegra no tener que hacerlo, no estaría a la altura de lo que te mereces, ni de la verdad. Con  lo fácil que es besarte…

En un beso caben todas las palabras y con ellas nace una conversación muda. No hace falta más. Ni siquiera es preciso que alguien lo traduzca, ni lo interprete, se siente ahí, justo donde vive el alma, o el suspiro o el placer. Besándote me vuelvo elocuente.

Disfruto mirando la foto porque me acerca a ti, aunque lo hagas desde dentro, que es donde te has instalado al llegar a mí y ha sido sin permiso, casi avasallando. Me atropellaron las emociones y los sentimientos. No sé hasta cuando serás el inquilino de mi pensamiento, tampoco sé como, pero mientras tanto te seguiré pensando, entre escalofríos de anhelos, eligiendo esta foto para evocar tu aliento.

5 comentarios en “UNA FOTO

  1. Muy bonito, tan lleno de sentimiento y emociones, tan lleno de sufrimiento y añoranza y a la vez, tan profundo, cálido y sensible.

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