QUE LLUEVA, QUE LLUEVA

Necesito que llueva para olvidar mi paraguas y perderme en el tuyo cuando tan solo me roce tu gabardina y me llegue tu olor. Quiero volverme y mirarte con relativa sinceridad para asegurarte que me siento fatal porque tengas que acompañarme abusando de tu caridad y ver tu sonrisa inescrutable, y pararme a intentar descifrar si me crees, si no lo haces o si haces que me crees y te gusta mi remedo de despiste.
Quiero que llueva para que se vayan de tus labios los últimos besos que diste que no fueron para mi y que el aire limpio y húmedo te haga germinar el deseo de mis labios en los tuyos.
Me gustaría tanto saber que cuando por fin lleguemos a la parada del bus, desees que se retrase para quedarte más tiempo a mi lado e incluso  que tuviéramos la oportunidad de tomar un café, en una mesa pegada a la ventana del local y mientras, allí sentados, pondríamos interés en ignorar a los que pasan huyendo de la lluvia, concentrados en nuestras corteses palabras y que éstas escondan un pícaro doble sentido.
Pero mis deseos no se cumplen, un sol radiante, agresivo e intenso me ciega, tanto que he tenido que echar las persianas de la oficina y tú sigues ahí, sin paraguas, sin saber que mi idea es olvidarlo por estar a tu lado aunque ni siquiera sepas mi nombre… 

Un comentario en “QUE LLUEVA, QUE LLUEVA

Deja un comentario si te apetece por fi

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s