GITANITOS BUENOS

El título es una expresión que decía el brillante Chano Lobato, «los gitanitos buenos» y a mi me gustaba muchísimo por todo lo que expresaba, entre la dulzura, el halago, la coquetería y el roneo propiamente dicho, de los gitanos.
Me crié cerca de ellos, muy cerca, en la calle de al lado, he convivido con los gitanos desde pequeña y los he conocido de todas las formas y maneras, tantos como payos. No son peores personas.
Los gitanos tienen valores que les queman la piel, valores que hacen de ellos personas íntegras…para sus leyes, que no tienen que coincidir con las de los «payitos finos», de ahí que si nos empeñamos en verlos desde nuestra óptica no son íntegros…pero ¿y desde su ley gitana? Desde esa son fetén.
No soy muy de ver programas en la tele de los que se apellidan show, talk show, live show, reality show, por ejemplo, los tipo gran hermano sobre todo me desquician. Ni juzgo al programa ni a los que los consumen, es algo personal y subjetivo. Pero ha habido un programa, tipo documental o así lo entenderíamos si nos hablara de los Masai o de los budistas, que si veo o más o menos sigo que es el «Palabra de Gitano», distintos capítulos sobre la forma de vivir, pensar y sentir que tienen estas personas que vivien en cualquier parte del mundo y sin embargo son iguales.
Me ha llamado poderosamente la razón que lo mismo en Huesca, que en Barcelona, Valladolid o Madrid, Mallorca o Sevilla, los gestos, las tradiciones, las maneras, son iguales. Ellos ven las diferencias, pero en general es lo mismo y supongo que si salieramos de España también sería semejante.
Valoro poderosamente el respeto que tienen a sus mayores, incluso sin ser familia directa, no solo a la persona vieja, sino también a lo que dicen, el apego y respeto a la familia, el honor, la lealtad entre ellos, la generosidad y la solidaridad, el respeto a las leyes (a las suyas, si, pero respeto).
Pero también veo cosas muy malas, casi -y sin el casi- constitutiva de delito, no puedo entender ni la homofobia, ni el racismo, ni el machismo y sobretodo el trato que se le infringe a una niña a cuentas del pañuelo.
Ayer mismo decían que un hombre homosexual, de la homosexualidad femenina ni se hablaba, era alguien que ya no tenía honor ni merecía respeto, que ya estaba casi «echado a perder». ¡Qué palabras más duras!
Por otro lado enseñan a las niñas y aceptan sin rechistar que el hombre o los hombres de la casa no hagan nada, se interioriza que se pueden ir de fiesta un fin de semana porque haya algún evento y no vuelvan, porque es asi, es el hombre, su gitano… Y esa conducta que desde la libertad puedo respetar, me provoca un dolor en el alma porque no comprendo la sumisión ante nadie, hombre o mujer, y a fin de cuentas aceptar el machismo como realidad en el hogar no es otra cosa…
También me llaman la atención como, con una sinceridad aplastante, pueden decirle a sus nueras que no las quieren por no ser gitana, en caso de matrimonios mixtos, y delante de ellas pueden comentar el disgusto, el mal rato, la pena tan honda que tienen porque no se ha casado su varón gitano con una gitana mocita y virgen… Me pregunto si fuera al revés en que drama social, y con razón, no estaríamos.
Pero lo que no puedo comprender por nada del mundo y me escandaliza que no se tomen medidas al respecto, es el el rito del pañuelo. Soy una persona que acepta todas o casi todas las tradiciones, siempre y cuando no vayan contra las personas o su dignidad. En este caso no puedo aceptarlo. Yo no puedo entender, por más que lo piense, como una niña es educada en guardar su virginidad para dar honra a su familia y a la de su marido, no es por ella, no es su decisión, es la honra, la presión de los demás…y me parece muy bien que se case virgen ¡pero es que además no guarda la virgnidad para el marido! Va una señora y le mete la mano en una violación absoluta a una menor y le destroza el himen. A veces no es menor, las menos, pero sigue siendo una violación. Ayer precisamente la niña en cuestión vestida de princesa (de las de cuento) lloraba y gritaba, muerta de dolor, encima de una mesa de restaurante con dos mantas encima y entonces esa señora le desvirgaba mientras le decía a las demás «le saco los cachos».
Hemos conseguido evitar casi en la totalidad que se practique la ablación en España por aquellas personas que lo tienen como costumbre y tradición en su país, asumiendo que es una mutilación y como tal un delito pero creo que la lucha tiene que ser ahora por la «flor», las tres o cuatro rosas que pide la suegra para demostrar que la niña es virgen, la violación de menores por parte de otra mujer con el concurso de otras mujeres y la aceptación de toda la familia. No debemos consentirlo.

Un comentario en “GITANITOS BUENOS

  1. No Rocío, no debíamos consentirlo pero no se habla tanto sobre ello porque se respeta su cultura ancestral, que no avanza con el tiempo, sin embargo nos vamos a otros países y queremos que las mujeres se quiten el velo o se deje de practicar la ablación a las niñas o la circuncisión a los niños. Así somos, vemos la paja en el ojo ajeno y no vemos la astilla en el nuestro por los siglos de los siglos!!

    Muy bonita reflexión.

Deja un comentario si te apetece por fi